El reto que tenemos las mujeres para participar de igual a igual en la sociedad continua siendo de grandes dimensiones.
Continuamos encontrándonos entre las capas más pobres de la población, las que trabajamos más horas porque seguimos sin repartir los cuidados y no contamos con ayudas para hacerlo, vivimos en un país que no contribuye de forma suficiente a apoyar a las mujeres y los hombres en los cuidados a los dependientes, sean estos niños, enfermos o ancianos y así la carga cultural nos asigna este trabajo a nosotras prácticamente sin ningún tipo de ayuda, La ley de la dependencia que comenzó en el año 2006 se ha visto descapitalizada, ha sufrido un retroceso cuando empezaba a andar.
El RD-ley 20/2011 y RD-ley 20/2012 combinados, escondían tras una supuesta “racionalización y sostenibilidad del sistema” el ahorro del gasto estatal en dependencia fundamentalmente de tres maneras: una, disminuyendo los niveles de protección (se reduce en un 15% las cuantías de las prestaciones, – situando la cuantía mínima y máxima para una prestación para cuidado no profesional en 300 y 442 euros respectivamente- y se suprime la aportación estatal a las cotizaciones de las cuidadoras familiares); dos, impidiendo la entrada de nuevos beneficiarios y expulsando a otros a quienes ya se les había concedido la titularidad del derecho; y tres, suprimiendo el nivel acordado de financiación a las Comunidades Autónomas. (Véase para más detalle el último dictamen del Observatorio de la Dependencia en su último dictamen –http://bit.ly/1b40fQX).
De esta manera se todo el espectro de los cuidados queda en el ámbito privado y supone una carga difícil de soportar por las mujeres.
Otro aspecto en el que el retroceso en derecho de las mujeres es la pretensión del gobierno de reformar la ley del aborto, tratándonos como menores de edad tuteladas por un estado- padre que es el que quiere decidir por nosotras.
Con todo lo más terrible son las agresiones sobre las mujeres, los abusos, el maltrato y las muertes, ¿Qué sociedad puede consentir que esto se convierta en algo cotidiano?, tenemos la obligación de encarar este problema desde su origen, la misoginia es algo incrustado en nuestra sociedad, tras siglos de deponer a la mujer, denostarla y entregarla al ámbito cerrado de la familia.
Así vemos como en esta situación de enajenación, de traspaso de riqueza de los de abajo a los más ricos, la mujer sale nuevamente perjudicada y las reformas del mercado laboral contribuyen a la precarización de las mujeres que muchas veces aceptan trabajos que otros no aceptarían.
Por eso no es de extrañar que muchas mujeres no participen en política, algo imprescindible, que vivimos como un grave problema en un partido como EQUO que quiere ser paritario, que pensamos que la mujer y todo lo que ella representa se tiene que visibilizar y poner en primer plano, puede haber muchas razones para esa presencia menor en política y una de las principales la falta de tiempo, el cansancio que sufrimos las mujeres con las múltiples jornadas pagadas y no pagadas, la falta de autoestima que produce en nosotras una sociedad machista, partimos desde muy abajo, donde se están viendo más las luchas de las mujeres son en los temas emergentes que nos afectan más y me refiero a la vivienda, la salud, los derechos reproductivos, los recortes en dependencia.
Es necesario que el 8 de Marzo sirva para unirnos todas las personas que consideramos que el mundo actual necesita de las mujeres para construir una sociedad con futuro para nosotras y nuestros hijas porque sin las mujeres nunca será posible.