
QUE QUEREMOS DECIR CUANDO HABLAMOS DE TRANSICIÓN
Municipios en transición: Proyecto Político de EQUO Andalucía.EQUO Andalucía | EQUO Andalucía
La Transición es un modelo explicativo que aborda la situación de crisis sistémica en la que nos encontramos desde la perspectiva de la Ecología política y supone que el crecimiento económico iniciado con la revolución industrial y propiciada por el uso de combustibles fósiles de alto poder energético ha empezado su declive. Todos los datos apuntan a que estamos en el pico del petróleo y que se espera más pronto que tarde los picos de carbón, gas, uranio y toda una serie de materias primas imprescindibles para mantener el estilo de vida de los países del centro. Otros problemas añadidos son la, ya innegable crisis climática, como ha puesto sobre la palestra el “Manifiesto última llamada”, firmado por numerosas personas de todos los ámbitos, que suma más incertidumbre al futuro, sus efectos, lo estamos viendo ya, grandes sequias, inundaciones, pérdida de suelo fértil, etc. Por otra parte el capitalismo en esta fase lucha por acaparar los bienes comunes materiales, tierras y otros recursos del patrimonio común o inmateriales, como son el conocimiento por ejemplo patentando las semillas tradicionales de las comunidades. Ya no necesita mano de obra como en sus anteriores etapas, como vemos con las cifras de paro.
Parece que la apuesta del capitalismo financiero consiste en desposeer a la vez que evitar que todos estos problemas sean puestos sobre la mesa. Conflictos bélicos instigados para la apropiación de recursos y una gran desigualdad configuran un panorama revolucionario que se decantará hacía la construcción de un mundo mejor para todas las personas o hacía una agudización de las contradicciones y diferencias que nos aboquen a la extensión de las guerras y conflictos
La propuesta de la Transición consiste en prepararnos para el cambio de civilización que se avecina, queramos verlo o no, y nace desde abajo desde las comunidades donde las personas implicadas colaboran para construir entornos más resilientes, esto es más flexibles, capaces de adaptarse a esta nueva situación, desde la colaboración, sumando las distintas perspectivas hacia un mundo nuevo y más amable con las personas, experiencias que ya están en nuestra sociedad y que indican una nueva cultura. Imaginar, idear, probar, otras formas de vivir, más sencillas, solidarias pero también mucho más satisfactorias para la inmensa mayoría, basadas en el apoyo mutuo y de acuerdo con lo que nos ha llevado hasta aquí: La solidaridad.
En la conferencia política “Municipios en transición” http://equoandalucia.org/municipios-en-transicion/ os invitamos a todas las personas que quieren participar a pensar juntas de que manera podemos abordar desde las instancias más cercanas al ciudadano la transformación de nuestros pueblos y ciudades es lugares buenos para vivir.
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Acerca de Entre Madrid y Cadiz
Me crie en una familia numerosa, soy la mayor de 9 hermanos; mi infancia ha sido muy significativa para mí por varias razones, fue una infancia feliz, rodeada de una familia extensa, con muchos primos, masculinos porque los más próximos por edad a mí, tanto de hermanos como primos son varones, chicas, las primas del Puerto, con mi primera hermana me llevo 5 años, de chica siempre deseaba que crecieran pronto para que jugaran conmigo al elástico y a la comba; para mí “las niñas” .
Me crié en Madrid y siempre de niña tenía el trasiego entre Madrid y el Puerto, Como éramos familia numerosa, de 1ª grado, el tren entre las dos ciudades era barato, por lo que desde los 13 años he viajado sola mucho en “El rápido y el exprés”. Sobre esto tengo muchas historias de trenes que contar.
Desde siempre “El sur” me ha llamado intensamente, pero también tengo que reconocer que no sería la misma si no hubiera vivido en la gran ciudad, que te aporta cantidad de experiencias, que yo contrastaba con las de el extremo sur de la península; veía sobre todo una gran diferencia, empezando por el carácter de mi padre que se había criado en el puerto, de madre portuguesa, la forma de entender la vida, pausada, de disfrute, sencilla y austera. la figura de mi padre me influyo poderosamente, me quedo con sus valores: La justicia, la honestidad, reírse de los puritanos, su valentía y sentido común, el recibió una educación clasista y timorata que se sentía más en el sur ,pues Madrid ofrecía una variedad de estilos y formas mucho menos encorsetadas.
Según fui siendo consciente me hacía sentir triste la anomia de las grandes urbes, un sentimiento de soledad que acompaña a la muchedumbre en la gran ciudad, yo veía mucho más humano y amable la forma de vida en el sur y desde muy joven decidí vivir aquí, en el sur, criar a mis hijos en esta tierra; recuerdo claramente que no quería tener hijos en Madrid.
Soy de la época de “La ciudad me mata” y ese era el sentimiento, controvertido porque la movida madrileña de los 80 me pillo en Madrid y eso fue impresionante, vivirlo fue como un fulgor en medio del gris predominante. Podría contar mucho y amenazo con hacerlo algún día pues esta época tiene mucha sustancia, fue un cambio radical desde una educación de elite franquista en un colegio de monjas>las Irlandesas de BVM> donde tuve de compañera a la esposa de nº ministro de justicia; el día del atentado de ETA a Carrero Blanco yo estaba en clase a menos de un kilometro del colegio de los Jesuitas a donde iban mis hermanos menores y donde cayó el coche que había volado por los aires, las monjas nos asustaron con aires de guerras pues mi compañera María del mar era hija de Utrera Molina que acompañaba a Carrero Blanco a misa. Recuerdo vivamente volver a casa antes de acabar el horario de clase, llorando, llevando a mis hermanas y primas de vuelta a casa, era la mayor.Nosotras solo sabíamos lo que nos contaban y el mundo estaba cambiando rápidamente.
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